Desde la gran historia que nos mostró
la literatura y el cine entre Romeo y Julieta el mundo no ha conocido un
desenlace tan fatal relacionado con este sentimiento llamado amor, en donde dos
seres que decían no poder vivir el uno sin el otro optaron por acabar con sus
vidas antes que experimentar el vacío de no estar juntos, lo cierto es que en
nuestra realidad y a diferencia de lo que muchos creen pienso que sí se está
muriendo( suicidándose).
La gente por amor o mejor por desamor , y cuando
menciono amor me refiero a ese sentimiento de pareja, ese mismo que al
principio produce cosquillas en el vientre y al final termina siendo muchas
veces como un cólico estomacal , esto va más allá de las diferencias de
inclinaciones sexuales y género que existen hoy por hoy dentro de nuestra
sociedad.
Las estadísticas soportadas en algunas notas de suicidios consumados
o de personas que lo estaban intentando refieren en algunos casos un desamor o
desprecio frente a una relación ya desgastada, por alguna infidelidad o por un
rompimiento que no se pudo superar representado en un duelo no elaborado ante
esta ruptura, habría que preguntarnos sobretodo hoy con la invasión de las
redes sociales y en donde cada día es más complicado evitar exponer nuestras
relaciones de pareja así como el de no caer en la rutina del desinterés por
nuestras relaciones con el estrés del día a día.
Qué podemos hacer como
sociedad o qué está en nuestras manos para no terminar consumados en una
angustia por una tuza o en el desespero y la agonía frente a una separación, y
así poder evitar contemplar la idea de un suicidio ante este malestar emocional
y no terminar como aquellos que prefirieron morir antes que aceptar un desamor.
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